¿Qué es el despido disciplinario y cómo se regula en España?
El despido disciplinario es una de las tres modalidades de despido recogidas en el Estatuto de los Trabajadores en España, junto al objetivo y el colectivo. Este tipo de despido se aplica como sanción ante incumplimientos graves y culpables del trabajador, y, a diferencia de otros, no incluye indemnización, independientemente de la antigüedad laboral del empleado.
Según el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores, este tipo de cese laboral es la medida más severa que una empresa puede tomar contra un trabajador. Además, debe estar debidamente justificado y cumplir con los requisitos legales establecidos, lo que incluye notificar al empleado los motivos y la fecha de efectos. Aunque no hay derecho a indemnización, sí se deben abonar conceptos pendientes en el finiquito y, en determinados casos, el trabajador puede solicitar la prestación por desempleo.
En caso de desacuerdo, el trabajador puede impugnar el despido. El proceso comienza con un acto de conciliación y, si no hay acuerdo, se lleva ante el Juzgado de lo Social. Dependiendo de las circunstancias, el juez podrá calificar el despido como procedente, improcedente o nulo. Solo si es improcedente, el empleador estaría obligado a indemnizar al trabajador o readmitirlo.
A pesar de su carácter estrictamente disciplinario, la empresa debe ser rigurosa en la forma de aplicar esta medida. Los fallos procedimentales podrían dar lugar a que el despido sea declarado improcedente, incluso cuando las causas materiales fueran justificadas.
¿Cuáles son las causas que justifican un despido disciplinario?
El despido disciplinario solo puede aplicarse en situaciones graves y culpables por parte del trabajador. Entre las causas contempladas en el Estatuto de los Trabajadores, destacan:
- Faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad. Aunque una falta aislada no suele ser suficiente, acumulaciones reiteradas, especialmente tras advertencias previas, sí pueden justificar esta medida.
- Indisciplina o desobediencia en el trabajo. Esto incluye el incumplimiento de órdenes legales, siempre que estén justificadas.
- Ofensas verbales o físicas. Tanto hacia el empleador como hacia compañeros o familiares de estos. En cada caso, se evalúa la gravedad y el contexto de las acciones.
- Transgresión de la buena fe contractual o abuso de confianza. Por ejemplo, uso indebido de recursos de la empresa o actos que dañen su reputación.
- Disminución continuada y voluntaria del rendimiento. Aunque difícil de probar, es una causa reconocida por la legislación.
- Embriaguez habitual o toxicomanía. Solo si estas conductas afectan de forma directa al desempeño laboral.
- Acoso laboral o discriminatorio. Por razones de género, religión, orientación sexual u otros motivos contemplados en la ley.
Además de estas razones generales, los convenios colectivos pueden incluir faltas específicas que se consideran graves y que también justificarían un despido disciplinario.
¿Qué requisitos debe cumplir el despido disciplinario?
Para que el despido disciplinario sea considerado válido, debe ajustarse a los requisitos formales establecidos en el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores. Estos incluyen:
- Notificación escrita. La empresa debe informar al trabajador de forma detallada sobre los hechos que motivan el despido y la fecha en que tendrá efecto.
- Trámite de audiencia. Aunque anteriormente este proceso era obligatorio solo para trabajadores afiliados a un sindicato, una reciente sentencia del Tribunal Supremo exige dar oportunidad de defensa a todos los empleados.
- Expediente contradictorio. Es obligatorio en el caso de representantes sindicales o delegados de los trabajadores. Durante este proceso, el trabajador afectado y los representantes sindicales deben ser escuchados.
Si la empresa no cumple con estos requisitos, el despido podría ser declarado improcedente, incluso si las causas materiales están justificadas. Esto implicaría que el empleador deba indemnizar al trabajador o readmitirlo en su puesto.
¿Qué derechos tiene un trabajador tras un despido disciplinario?
Aunque el despido disciplinario no incluye indemnización, el trabajador conserva ciertos derechos fundamentales:
- Finiquito. El empleado tiene derecho a recibir los conceptos pendientes de pago, como vacaciones no disfrutadas o días trabajados no abonados.
- Prestación por desempleo. Siempre que cumpla con los requisitos de cotización previos, podrá solicitar la ayuda por desempleo.
- Reclamación judicial. Si el trabajador considera que el despido no está justificado o no cumple con los requisitos formales, puede impugnarlo. En estos casos, un juez podría declararlo improcedente o incluso nulo, lo que abriría la puerta a una indemnización o a la readmisión.
Es importante destacar que, ante cualquier duda, se recomienda consultar con expertos legales o sindicatos para garantizar que se respeten todos los derechos laborales.
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